jueves, 24 de marzo de 2011

CNT RECHAZA LA GUERRA EN LIBIA Y LA PARTICIPACIÓN DEL GOBIERNO ESPAÑOL EN LA MISMA.



- Los gobiernos que durante años apoyaron y armaron a Gadafi al igual que hicieron con otros regímenes como el de Mubarak en Egipto o Ben Alí en Tunez no tienen ninguna credibilidad.
- CNT rechaza el inicio de bombardeos contra Libia y la participación del gobierno español en los mismos.


Esta nueva guerra no hará sino agravar la situación del pueblo libio, como ya pusieron de manifiesto intervenciones similares en Yugoslavia, Afganistán o Irak. Al igual que en estos países, las razones humanitarias esgrimidas no son sino la pantalla de hipocresía y cinismo tras la cual se esconden los descarados intereses de las elites capitalistas en su rapiña de los recursos energéticos del planeta.


Las intervenciones militares arrastran siempre un reguero de víctimas civiles, destrucción de infraestructuras y desorganización de los servicios públicos fundamentales, provocando en definitiva sufrimiento y muerte a la población civil en beneficio de las elites de turno.
Amparados en una ONU y en un Consejo de Seguridad sin legitimidad alguna, las potencias capitalistas solo pretenden asegurar el acceso al petróleo y el gas libio,a la vez que tratan de recuperar el dominio de una zona vital, dominio que se ha visto cuestionado por las sucesivas revueltas populares de los últimos meses.



No deja de ser paradójico, que esta guerra cuente con el apoyo y participación de la Liga Árabe, compuesta por gobiernos en su mayoría tan dictatoriales como el libio, con muchos de ellos aplastando en estos mismos momentos revueltas populares en sus países (Arabia Saudí, Bahrein,Yemen, Marruecos, etc).



Muchas de estas revueltas han tenido en sus orígenes un importante componente social, de oposición a las políticas económicas impuestas por instituciones capitalistas como el FMI y sus consecuencias de paro, alza del precio de productos básicos, privatización de servicios públicos, etc, con un fuerte protagonismo de las luchas obreras, poniendo en marcha experiencias de autogestión y organización popular, que ahora se intentarán silenciar y redirigir hacia cambios institucionales que no cuestionen el orden social y económico capitalista.



Ninguna credibilidad pueden tener los gobiernos que durante años apoyaron y armaron a Gadafi al igual que hicieron con otros regímenes como el de Mubarak en Egipto o Ben Alí en Tunez. Ninguna confianza deberían inspirarnos quienes continúan apoyando a regímenes igualmente dictatoriales y brutales como el de Marruecos, Arabia Saudí o Israel.



Nada deben esperar por tanto los trabajadores y trabajadoras de una orilla u otra del Mediterráneo de las elites capitalistas occidentales ni de las elites árabes a su servicio, sólo obtendrán colonialismo económico, depredación de sus recursos y políticas económicas neoliberales bajo el envoltorio de reformas democráticas formales y desde arriba, mientras en nada afecten al orden económico y social.


Igualmente nada han aportado a los trabajadores los planteamientos nacionalistas y militaristas, envueltos en demagogia revolucionaria como los que durante años agitaron los Gadafi y quienes les apoyaban, que ninguna simpatía nos suscitan y tras los cuales solo se esconde el más descarado capitalismo de estado, la dictadura y la corrupción.



La política de guerra en la orilla sur del Mediterráneo, no es sino el reverso necesario de las medidas de ajuste y recorte de derechos en Europa, impuesta por elites decididas a recuperar sus beneficios , haciendo recaer los efectos de la crisis económica con toda su dureza sobre las clases trabajadoras, mientras se asegura el acceso a los recursos y aumenta la militarización de un espacio vital para gestionar las tensiones que el avance de la crisis económica, ecológica y social no harán sino aumentar.


No en vano figuras como Gadafi han jugado un papel fundamental en el control de los flujos migratorios de trabajadores africanos hacia Europa, al servicio de las elites que sufragan sus centros de internamiento de trabajadores, política que la militarización de esta zona no hará sino reforzar levantando un nuevo muro, reforzando la xenofobia y el fascismo.
En España, el gobierno del PSOE lanzado en la cuesta abajo de poner en marcha aplicadamente las sucesivas contrarreformas y medidas antiobreras y antisociales exigidas por una Europa al servicio del capital, se destaca ahora en la participación en esta guerra, para la que no hay problemas de financiación, al contrario de lo que ocurre con los servicios públicos y los gastos sociales.



Así, el gobierno, además de posicionarse en el nuevo escenario del norte de África y asegurarse acceso al reparto de sus recursos, desvía la atención sobre la cruda realidad social de precariedad y paro a la que nos enfrentamos la clase trabajadora consecuencia de sus políticas económicas.
Una vez más, como ocurrió con la firma del último pacto social, cuenta el gobierno del PSOE con la complicidad y el apoyo de CCOO y UGT y otras fuerzas de la izquierda institucional, a la vez que ultiman la reforma de la negociación colectiva, nuevo ataque a los derechos de los trabajadores al servicio del Pacto del Euro.


Llamamos a los trabajadores a apoyar las revueltas obreras en el norte de África y Oriente Medio, oponiéndose a las injerencias militares, apoyando desde una perspectiva libertaria las experiencias de autoorganizacion, apoyo mutuo y acción directa, oponiéndose al gasto militar y a la preparación de la guerra.



Es especialmente necesaria la solidaridad con los trabajadores migrantes y la lucha contra las fronteras, exigiendo libertad de movimiento, iguales derechos y el fin de los centros de internamiento y las leyes de excepción en ambas orillas del Mediterráneo, reclamando la acogida de todos los refugiados de las guerras, hambrunas y persecuciones.


No hay mejor solidaridad que rebelarnos nosotros mismos en Europa contra las elites capitalistas cuyo único programa es la guerra, el recorte de derechos, la rapiña y la destrucción ecológica como única vía para prolongar un capitalismo en crisis permanente, desenmascarando a quienes desde la izquierda y el sindicalismo institucional apuntalan un sistema sin futuro.


Las clases populares del mundo árabe han demostrado la posibilidad de enfrentarse a regímenes y realidades que se pensaban inamovibles, sigamos su impulso y no dejemos que la guerra sea la respuesta a la esperanza de un cambio revolucionario a ambos lados del Mediterráneo.



Secretariado Permanente del Comité Confederal de CNT

lunes, 7 de marzo de 2011

ESBOZO PARA UN DOSSIER: LA MUJER EN EN SIGLO XXI.


Con motivo de la conmemoración del Día de la Mujer Trabajadora, la Secretaría de Acción Social del Comité Confederal, edita esta bonita publicación donde se recogen reivindicaciones, propuestas y experiencias, vistas desde un punto de vista libertario.

Os lo recomiendo:

Esbozo para un dossier.

domingo, 6 de marzo de 2011

8 DE MARZO DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA. IGUALES EN LA CRISIS, IGUALES EN LA LUCHA.


Si actualmente las mujeres trabajadoras, por un sesgo de género nos encontramos con una situación más desfavorecida que los hombres en cuanto a tipo de contratación, mantenimiento del puesto de trabajo, y percepción de pensiones; aprobado el Acuerdo Social y Económico que endurece el sistema de las pensiones, junto con la reforma laboral y la reducción del gasto público, la situación que se nos presenta no es nada halagüeña.

Excepto en períodos de guerras, donde las mujeres han sido las que han mantenido la producción por ser las únicas que quedaban en el lugar de origen, cada vez que se produce una crisis económica, uno de los primeros colectivos que sufre los efectos del desempleo y por tanto del empeoramiento de la calidad de vida somos las mujeres.

Sí, de nuevo el binomio capitalismo-patriarcado ejecuta una agresión contra los derechos laborales y sociales, contra toda la clase trabajadora y la ciudadanía, pero con especial ensañamiento en el colectivo femenino. Perpetuando este sistema de dominación y explotación, concebido, cimentado y apuntalado sobre la desigualdad y la discriminación de clase y de género.

Según la EPA (Encuesta de Población Activa), la tasa de paro en 2010 estaba en 20,33%, 4.696.000 personas en desempleo. Del incremento en 2010 de 370.100 personas, el femenino fue de 217.400 y el masculino de 152.700 personas; habiendo una mayor concentración en Andalucía, Cataluña y Madrid.

Las mujeres somos las que ocupamos el mayor porcentaje a tiempo parcial, el 80,6% y el 45,01 % del total de cotizantes a la Seguridad Social.

Respecto a la percepción de Pensiones Contributivas de Jubilación según datos del Ministerio de Sanidad , Política Social e Igualdad a fecha 01 de diciembre de 2010, la pensión media de las mujeres está en 852,02 € respecto a los 1.194,86 € que perciben los hombres.

Es decir, tenemos más dificultades para encontrar empleo, cuando lo encontramos es en situaciones precarias y nuestra base de cotización es menor que la de los hombres.

No sólo durante la vida activa tenemos menor calidad de vida por las características del puesto de trabajo,entre otras razones, sino que una vez llegada la edad de jubilación somos más pobres y vivimos más.

No obstante, la mayor parte de las mujeres en edad de jubilación, al no tener el tiempo de cotización mínimo en el sistema contributivo, son perceptoras de las pensiones denominadas asistenciales. El 82,46% (163.841) de las personas que perciben la PNCJ (Pensión No Contributiva por Jubilación) son mujeres y cobran una mensualidad en 2011 de 347,60 €, y de éstas el 34,47% viven solas. (Datos extraídos del IMSERSO)

Con la aprobación de la Ley de Dependencia, otra tuerca más, en el catálogo de servicios y prestaciones se establece la Prestación Económica por Cuidado en el Entorno Familiar a través de la cual se argumenta dignificar la función cuidadora de la mujer mediante la cotización en el Régimen Especial para Cuidadores No Profesionales. Eso sí, reconociendo la base de cotización más baja en el Régimen General de la Seguridad Social.

Según datos del IMSERSO a 01 de Febrero de 2011 somos 143.071 mujeres frente a 9.566 hombres las cuidadoras de familiares dependientes. Nada más que el 93,73 % de las personas que asumen el cuidado de personas dependientes que tienen derecho al catálogo de Servicios y Prestaciones son mujeres, cotizando a la baja.

Esta es la situación de empobrecimiento real y objetivo de las mujeres en la sociedad del supuesto Estado de Bienestar que no se ha llegado a gestar.

Que no nos engañen, con las pensiones tanto contributivas como no contributivas y el sistema de cotización al que accedemos la mayor parte de las mujeres no se vive ni digna ni autónomamente.

La patronal y el gobierno han planteado la reforma de las pensiones pactadas con los sindicatos oficiales CCOO y UGT, donde pasamos de un período de cotización de 15 años actuales a los últimos 25 años de vida laboral, además de tres años y medio más de cotización, de 35 a 38 años y medio para tener derecho a la pensión de jubilación.

Incrementar los años para calcular la pensión supondrá que las mujeres, que trabajan en precario, de forma discontínua por causas de maternidad y atención a dependientes o no alcancen el cómputo mínimo establecido para tener derecho a la Pensión de Jubilación Contributiva o que el cálculo de la base de cotización se aminore por lo que las pensiones cada vez serán menores.

La Reforma de las pensiones es el mejor ejemplo para constatar con rotundidad que la desigualdad entre hombres y mujeres sigue siendo una constante y por tanto un objetivo contra el que luchar.

Por todo ello, desde la Confederación Nacional del Trabajo nos reafirmamos en la consecución de nuestros objetivos: la asociación y el apoyo mutuo entre toda la clase trabajadora, mujeres y hombres; la lucha contra la discriminación y la desigualdad económica y social. Combatir desde todos los frentes el sexismo, la misoginia y el patriarcado es nuestro fin...

¡Iguales en la crisis! ¡Iguales en la lucha!

Secretaría de Acción Social, SP del Comité Confederal de la CNT